lunes, 29 de noviembre de 2010

Deportistas de postal

    Hoy, después de mucho tiempo me dispongo a escribir algo que me lleva irritando desde años atrás. El deporte y su comercialización. Aunque no os lo creáis, hubo un tiempo en el que el deportista ejercía del mismo sin ánimo de lucro, sin el egocentrismo de algunos por actuar en todo momento de cara al espectador para así afianzar su imagen. No había "estrellitas" ni "galaxias", había deportistas, y a eso era a lo que yo le llamaba: "amor por el deporte", un amor que se demostraba con tesón y sacrificio.

    En estos tiempos que corren, el panorama es desalentador, muy lejos estamos de figuras que hicieron ilusionar a generaciones con su maestría y compromiso. Me refiero a personas de verdad, a ejemplos dentro y fuera de los terrenos de juego como lo fue Éric Cantona, no a titiriteros que sólo buscan catapultar su ultra millonario negocio -léase el caso de Florentino Pérez, al que encima más de uno idolatra-.

    Como iba explicando, hubo un tiempo en el que el amor por una camiseta, por una afición, por un oficio, estaba por encima de contratos publicitarios, derechos de imagen y clausulas de rescisión. Hoy en día apenas quedan jugadores como Julen Guerrero, que el amor por sus colores siempre lo antepuso a posibles negociaciones mediáticas (este protagonista en concreto, rechazó fichas en blanco que le ofrecían los demás clubes de referencia en Europa), algo casi impensable a día de hoy, puesto que ahora más que jugadores parecen mercenarios siempre dispuestos a saquear. A todo esto cabe recalcar que los jugadores de la antigua URSS no dejaban de ser obreros. A lo mejor todo se reduce en una exasperante falta de humildad.

    Vayamos a ver, ¿alguien cree que "Pedrito"- canterano del barça- es más talentoso, pongamos por ejemplo, que Benzema? ¿Por qué, pues, el citado jugador es campeón del mundo y para más inri marca y gana por goleada al R.Madrid? Es muy sencillo, porque aun queda algo noble que el dinero no lo puede comprar y ese algo es el amor por quien ha creído en ti, por el entorno en el que has crecido como persona y secundariamente como jugador. Precisamente ese es el valor del que hizo gala ayer el Barcelona, y que sin duda ha marcado las diferencias del último clásico. Para ser sincero, la única diferencia que veo yo entre los anteriormente citatos jugadores es la cuenta bancaria, los kilómetros recorridos, la dignidad y la poca vergüenza. Sinceramente, puestos a perder inevitablemente, prefiero ver a Negredo, Morata y Soldado en la delantera; ya que a ellos igual les importa algo más allá que su imagen meramente individual.

    Me parece indignante que el club con mayor gasto económico por fichajes del mundo, pierda por goleada contra su máximo rival, el mismo que jugó gran parte del partido con 9 canteranos. Eso me parece una aberración a la moral y a la ética deportiva. Este hecho me lleva a pensar sin ir mas lejos que a lo mejor no era el resultadismo lo que buscaban los mafiosos mandatarios del R. Madrid cuando asumieron el cargo, quizás a lo mejor tampoco era devolver el férreo compromiso de una afición que sufre y padece por ellos -como es el caso del humilde seguidor que firma estas lineas-, pero muy a pesar de los que aun sentimos amor por lo que consideramos nuestro; más allá de todo lo argumentado hasta ahora, lo que se buscaba desde un buen principio era un objetivo claro: la especulación, el lucro y finalmente rentabilidad; algo a lo que sin duda nos ganan a todos por goleada y que para más inri financiamos. Por esa razón se lavan las manos de lo superficialmente futbolístico, puesto que su verdadero objetivo ya está atado y bien atado.

    La liga BBVA, -cómo no, patrocinada por una entidad financiera- o como también es llamada, "la mejor liga del mundo", para mí es sólo un espejo de mis afirmaciones. Esta, es una liga totalmente monopolizada por dos grandes focos de poder, como son el Barcelona y el Madrid; y dentro de esta gran oligarquía encontramos la injusticia y la desproporcionalidad en los derechos de imagen, y a consecuencia de ello, la desnivelación de capital. Factor directamente reflejado en la clasificación que sólo hace agudizar aún más la desigualdad. La situación es kafkiana.

    Y también alejados del deporte rey, podemos encontrar otro clásico de los deportes business como es la NBA (National Basketball Association). De esta no importa casi ni hablar. Ahora mismo la también llamada mejor liga de baloncesto del mundo, se descubre a años luz de personas que como Charles Barckley, Larry Bird, Magic Jhonson, Abdul Jabbar, o el mismísimo Michael Jordan, hicieron levantar a más de uno del sofá. Cómo ya viene siendo costumbre entre estos párrafos, la decadencia emerge siempre a raíz de estudiadas operaciones de marketing, que han hecho de algo tan esencial como es el sistema defensivo; algo abstracto e inexistente. Ahora el patrón de esta liga se rige por los anabolizantes y las estrellas de Hollywood. En sus partidos más que una afición podemos distinguir un Macdonalds gigante plagado de obesos consumidores, es lamentable.


    En los deportes de motor, como es lógico, gana el que goza de mayor patrimonio y estabilidad económica a grandes rasgos. De entre los deportes de motor me llama especialmente la atención la Fórmula 1. La Fórmula 1 es un "deporte" en el que existe un dueño y señor como es Bernie Ecclestone -algo sin duda paradójico- el mismo que no se reprime en soltar a los cuatro vientos el hecho de ser "un gran admirador de Hitler" -. Llamadme políticamente incorrecto pero si este hombre - por llamarlo de alguna forma- no merece gulag por apología y enaltecimiento del terrorismo, que baje dios y lo vea si resucita.  
    
    Ni siquiera un ejemplo a seguir como era para mí Alberto Contador, se libra de los escándalos, en donde el Clembuterol quiere empañar la lucha y el sacrificio de una vida. El ciclismo sin duda, un deporte que también vive momentos de decadencia por circunstancias como esta, en el que uno ya no sabe a que aferrarse detrás tanto profundo respeto histórico.

    Podría seguir analizando punto por punto cómo de deprimente es la situación, empezando por los exacerbados y tediosos "shows" de Manolo Lama y acabando por el que un padre tenga que desembolsar hasta 80 euros para comprarle a su hijo/a la camiseta de su equipo -de la procedencia de las camisetas no me basta memoria en el ordenador para acabar de decir todo lo que pienso...- y es que todo se reduce a lo mismo, al interés de algunos y al conformismo de otros. Es decir, el pez que se muerde la "coca-cola". Detrás del telón de color rosa, siempre encontramos el mismo paisaje desolador de la lucha de clases en donde casi siempre nos ganan los mismos.  


    Finalmente en un segundo plano ya hablaré otro día sobre lo que opino de esos hombres y mujeres que sólo se acuerdan de sus supuestos colores cuando ganan al eterno rival, para así poder restregárselo a los verdaderos seguidores a los que sí nos importa algo tan noble como es el DEPORTE (este último comentario va con dedicación especial y cariñosa a una persona, a ver si se da por aludida).




Javier Rosselló, escritor frustrado